Reseña 3.096 días, de Natascha Kampusch

¡Buenas lectores y lectoras! ¿Qué tal estáis? Hoy os traigo una reseña de un libro que realmente me ha gustado y que me encantaría compartir con vosotros. Hoy vengo a hablarles de 3.096 días por Natascha Kampusch.

Datos del libro
Título: 3.096 días
Título original: 
Autora: Natascha Kampusch 
Saga: Autoconclusivo
Páginas: 240 páginas
Editorial: Aguilar
Año de publicación: 2011
Género: Autobiografía

Sinopsis: Natascha Kampusch relata los ocho años de secuestro que sufrió a manos de Wolfgang Priklopil, un ingeniero en electrónica de mediana edad que vivía a escasos kilómetros de la familia Kampusch en Viena. Un testimonio desgarrador sobre el instinto de supervivencia en el que una niña de 10 años establece una relación de dependencia con su secuestrador para poder sobrevivir en un zulo de apenas cinco metros cuadrados, iluminado por una sola bombilla y aireado por un ventilador renqueante que gira día y noche. Ella explica y razona cómo para sobrevivir tenía que obligarse a sí misma a perdonar a diario los abusos sufridos para poder aguantar un día más la tortura física y psicológica. La pérdida de contacto con la realidad la debilita tanto que tiene que hacerse una reconstrucción mental para lograr reunir fuerzas y conseguir escapar de ese infierno.

Mi opinión

He leído de todo para mis dieciséis años de vida, pero nunca nada tan fuerte como lo que 3.096 días representaba. Hablamos del secuestro real de Natascha Kampusch a la edad de 10 años y su auto liberación a los 18. El libro cuenta de una manera muy fuerte y precisa los abusos que sufría Natascha por parte de su captor. Ya desde el principio podemos conocer la infancia de Natascha la cual no fue para nada fácil. La simple frase de: “los niños deben ser sencillamente niños” parecía no ser un lema en la ciudad en la que se había criado Natascha cuando pequeña. Sus padres estaban separados y su madre a veces tocaba la fibra sensible de su hija.


Creo que uno de los arrepentimientos más grande de Natascha en todo el libro, fue saber que no se había despedido de su madre el día del secuestro. No sé pero eso me había dejado hasta a mí como lectora con un sentimiento de culpa que no me he podido quitar de encima hasta el fin del libro. Wolfgang Priklopil era un personaje que me ponía nerviosa y aunque la narración de Natascha era un tanto simple pero dura al ser un hecho real, sí que me sumergía en el personaje y me hacía dar vueltas la cabeza. El simple hecho de imaginarme en un área de cinco metros cuadrados con un ventilador haciendo ruido y con alguien hablándome desde lo que parecía un megáfono, hace que me salgan canas de la frustración.
Realmente os recomiendo leer el libro, va a ser una lectura que aunque tal vez no cambie sus vidas, ni los haga ser mejor persona. Sí que va a concientizarlos de lo que hay allí fuera, también les dará mucho más conocimiento sobre lo que es estar en el cautiverio con un desordenado mental –porque definitivamente no creo que Wolfgang estuviese en sus cinco sentidos cuando secuestró a Natascha-.

Les recomiendo leer el libro conociendo de antemano el caso de Natascha y haber visto algún documental, para sumergirse de lleno en la lectura. También me he enterado mientras leía el libro que hay una película con el mismo nombre. Natascha fue muy juzgada después de su autoliberación acusándosele de sufrir el Síndrome de Estocolmo y de ser ella misma quien se haya voluntariamente con su secuestrador. Van a encontrarse con muchas cosas en la red si investigan un poco más a fondo la historia de Natascha. La joven fue condenada a nivel público por la simple razón de que ella decía que no todo era blanco y negro, sino que existían diversos matices de grises.

Razón del título

“Como cada mañana, arranqué la hoja con el número impreso y la doblé con cuidado. Me quedé mirando fijamente la fecha: 23 de agosto de 2006. Llevaba 3.096 días secuestrada”.

Citas

Mientras con la televisión y la radio introducía la ilusión de la sociedad en el zulo, al leer lo abandonaba durante horas
Cuando se apaga la luz de la vida, comienza la noche de la muerte. El alma quiere volar, tiene que estar muerta. 
Y sólo él sabía lo que entendía por “ser buena”
Odiaba tener que enfrentarse a las consecuencias de su maltrato. No quería ver lágrimas ni hematomas ni heridas ni sangre. Lo que no se ve no existe
Puntuación
5/5

*Síndrome de Estocolmo: es un estado psicológico en el que la persona detenida contra su voluntad, o secuestrada, desarrolla cierta relación de complicidad con su captor. En algunos casos, dichas víctimas pueden acabar ayudando a sus captores a evadir a la policía u otros obstáculos que puedan presentarse durante la huida o evasión.

Hasta aquí la reseña de hoy. ¡Nos leemos más adelante!

Comentarios